Diario de Guerra y Paz
Después de haber fallado con Rayuela (ya después hablaré de ello). Decidí comenzar este año con uno de esos libros que siempre han estado en mi lista “por leer”. Siempre he pensado que escoger la siguiente lectura tiene que sentirse bien. Tiene que sentirse como que es el momento adecuado para uno y para esa historia. Podrá sonar ridículo o supersticioso, pero tiene que haber una conexión. Este parece el momento adecuado para Guerra y Paz.
Algo que encontré interesante mientras planificaba mi lectura, fue este video de Benjamin McEvoy sobre cómo leer la obra. Y una sugerencia interesante fue hacer un diario de ello. Así que aquí estamos, con la primera entrada del diario de Guerra y Paz. ¿Cuál es el objetivo de este diario? sólo comentar aquello que me gusta, que me disgusta, que me conmueve o que me parece interesante. Sólo eso.
Así que aquí vamos.
¿Por donde voy? Hasta el momento por el libro primero, primera parte, capitulo 8. No soy una lectora rápida, pero creo que esta obra vale la pena saborearla y digerirla despacio. Aún estoy indecisa si unirme al club de lectura de Hardcore Literature para hacer un “deep reading” … es que el tiempo no me da, pero en fin, que me desvío.
Lo que me ha dejado más conmovida hasta ahora es la relación de Andrei con su esposa Lisa. En especial este fragmento, en el cual Andrei discute con Pierre:
- Si todos hicieran las guerras por convicción no habría guerras
- ¡Y eso sería admirable! - replicó Pierre
El príncipe Andrei sonrió.
- Sí, es posible que fuera admirable pero no ocurrirá jamás...
- Dígame, preguntó Pierre, - ¿por qué va usted a la guerra?
- ¿Por qué? No lo sé. Es necesario. Además, voy ... - se detuvo un instante y prosiguió: ¡Voy porque la vida que llevo aquí no me gusta!
Honestamente me pareció bastante fuerte y desolador. Preferir ir a la guerra a quedarte a seguir viviendo la vida que tienes, con tu esposa y con tu hijo por nacer. Es que tiene que ser bastante miserable lo que vives para preferirlo así.
Todo cobró más sentido unas páginas más adelante con la confesión de Andrei (es muy largo para transcribirlo), pero en la que básicamente da cuenta que se siente frustrado. Que su matrimonio lo ata, lo frustra, lo lleva a una vida frívola donde “el egoísmo, la vanidad, la estupidez, la nulidad en todo” son el centro de la sociedad a la que pertenece, y junto con su esposa, son su prisión y sus cadenas: “Recepciones, chismes, bailes, vanidades, nulidad; he aquí el círculo viscioso del que yo no puedo salir”.
Ahora parto para la guerra, para la mayor guerra que nunca haya existido y no sé nada, no sirvo para nada. Je suis très aimable et tres caustique.
Je suis un homme fini - dijo el príncipe Andréi.
Y todo eso me da para pensar. Sí, culpa a la esposa injustamente de su situación, pero más allá de eso, me conmovió el sentimiento en general. Un sentimiento de sentirse agotado, atrapado y sin salida y preferir cualquier cosa a lo actual.
En grandes y pequeños momentos de la vida, creo que todos experimentamos algo así.